

Hay dos especies principales de ratas: la rata parda común o de Noruega (Rattus norvegicus), horadadora, y la rata negra (Rattus rattus), trepadora. La rata negra huye si se siente amenazada, mientras que la de Noruega, en cambio ataca y muerde.
Las ratas comunes suelen construir hondas y espaciosas cuevas en primavera, por lo general cerca de lugares donde puedan hallar alimento, y permanecen en ellas hasta las primeras heladas del otoño, después de las cuáles se mudan a algún edificio. Estos animales pueden dar saltos de hasta un metro de altura y trepar por las superficies ásperas que les proporcionan buen apoyo. La rata negra, en cambio es más ágil y trepa por el tronco de un árbol, por una manguera, un cable y aún una pared. Hace su madriguera en los árboles, bajo un alero o en desvanes y buhardillas. Ambas comen todo lo que encuentran.
Los especialistas dedicados al estudio de las ratas han determinado que para saber con cierta aproximación cuántas ratas hay en una casa y sus cercanías se debe tener en cuenta la siguiente regla:
» Si nunca se ven ratas pero sí a veces sus excrementos lo probable es que su número sea inferior a 100, e incluso es posible que haya solo una.
» Si se ven de vez en cuando sólo por la noche, nunca de día, lo probable que es haya entre 100 y 500.
» Si se ven muchas de noche y varias de día, es posible que el número total está entre 1.000 y 5.000. Esto sucede en granjas donde las ratas devoran los alimentos, matan pollos y lechones. Existen muy pocos materiales de construcción que resistan a las ratas. Horadan la madera, roen casi todos los materiales de construcción y hasta pueden atravesar el aluminio.
Las ratas han sido responsables, directa o indirectamente, de las más terribles pestes que asolaron la humanidad. La peste bubónica, en un tiempo la enfermedad más temida del mundo, se trasmite a través de la picadura de la pulga de la rata común. Pero el auténtico responsable de la enfermedad es un bacilo, Pasteurella pestis, que una vez en el flujo sanguíneo, origina hemorragias internas, dolor de cabeza, inflamación de ganglios linfáticos y fiebres elevadas. En la actualidad está controlada pero ocasionalmente resurge en algunas zonas de Asia, Africa y Sudamérica.
En los últimos tiempos ha surgido una nueva amenaza, la del hantavirus. Esta enfermedad es transmitida por el ratón colilargo del sur (Oligoryzomys longicaudatus), que solo es portador del virus y no se infecta por él. Se estima que un 5% de la población de la especia es portadora del virus. El contagio se produce a través del contacto con heces, orina, saliva, y al aspirar el aire contaminado con el virus en espacios donde se encuentran presentes orina y excrementos del colilargo. Los síntomas de la enfermedad son similares a los de un cuadro gripal: fiebre, cansancio, dolores musculares, tos y vómitos y produce una grave alteración en la oxigenación al afectar los pulmones, teniendo una alta tasa de mortalidad.
Las campañas de exterminio disminuyen el número de ratas transitoriamente, y aún en las mejores condiciones nunca llegan a destruir más del 95 % de las ratas. Las pocas que quedan se multiplican con suma rapidez, y si no se continúa la campaña, al cabo de nueve meses o un año habría tantas como antes. La única campaña eficaz contra las ratas es aquella que se aplica de forma constante.
Cómo combatirlas
Punch Química S.A. le ofrece sus productos TermiXAN y TermiXAN BP, raticidas cebo a base de grano de trigo.
TermiXAN yTermiXAN BP son modernos rodenticidas anticoagulantes de tipo monodósico de potente acción sobre ratas y ratones, los cuáles comienzan a morir a partir del 3er. día de ingerirlo. Al ocasionar una muerte semejante a la que se produce por vejez o debilidad,los cebos no producen recelo dentro de la población.
Se debe disponer el cebo, sin tocarlo con las manos, en los sitios en los que se observen signos de presencia de roedores y en la vecindad de las cuevas. Es preferible colocar el cebo dentro de cebaderas a fin de protegerlo de las condiciones ambientales, evitar el acceso a animales domésticos y además con el objeto de darles tranquilidad a los roedores al comer, ya que prefieren hacerlo sin ser observados.